Se acerca la Navidad y entre tantas cosas típicas de estas fechas llegan las campañas para abrir planes de pensiones o realizar nuevas aportaciones a los que ya tenemos.
Teles, toallas, sartenes y también dinero son los ganchos utilizados por las grandes gestoras, regalos que acaban pagando con creces los ahorradores sacrificando muchos puntos básicos de rentabilidad anual.
Nosotros trabajamos con Tressis desde hace años porque nos ofrece un universo muy interesante de fondos de incersión y planes de pensiones que trasladarle a nuestros clientes. Tanto nosotros en Finest como Tressis no sabemos regalar nada mas que rentabilidad. O al menos eso intentamos.
Además con lo largo que es el año y las oportunidades que ofrece el mercado no esperamos a la última quincena de diciembre para hablar con ellos de pensiones.
Pero para eso sirve un asesor, figura muy distinta al de un colocador.
No pensamos que los planes de pensiones sean la panacea. Son productos que se quedan muy cojos para los ahorradores: pan para hoy por la deducción en cuota y sablazo para mañana al tributar como rendimiento del trabajo, por el escaso importe que nos permiten aportar y la escasa rentabilidad que ofrecen en especial las grandes gestoras.
Que el sistema de pensiones está quebrado es un tema que ya no sorprende a nadie, el aumento de la esperanza de vida y la escasa natalidad han puesto la pirámide patas arriba y no parece que esto vaya a cambiar en los próximos lustros.
¿Y qué hará el gobierno de turno para garantizar las pensiones y no perder millones de votos de jubilados? Pues la muy imaginativa medida de subir impuestos, o crear un impuesto específico para pagarlas. Y lo de reducir la pensión que percibiremos los futuros jubilados es algo que hay que somatizar desde ya.
Y por ponerlo más negro, si antes veíamos como una solución completar la prestación futura fruto de nuestras sudadas cotizaciones con ahorro privado (no solo de planes de pensiones) olvídense porque para que los números salgan habrá que zurrarle fuerte a las rentas del ahorro. Da igual que el gobierno de turno sea de izquierdas o de derechas. Recuérdenlo.
Y además, los planetas se alinean para completar el desastre, los ridículos tipos de interés reducen las alternativas de inversión de manera radical: deuda del estado a tasas negativas, strips sin apenas rentabilidad o cupones cero de compañías solventes prácticamente inexistentes, o bonos High Yield con los precios disparatados o titulizaciones o cédulas hipotecarias y a eso le sumamos nominales de locura que hacen imposible que un particular pueda invertir en renta fija.
Por cierto que de la obsesión del regulador por que los particulares no inviertan ya hablamos hace meses en el blog*.
Pero a pesar de los inconvenientes no queda otra. Es necesario que los ciudadanos, en la medida de sus posibilidades, tengan un capital importante el día que se jubilen: la casa pagada y si hay una segunda vivienda, local, segunda plaza de garaje, mejor, pero también un plan de pensiones, una carterita de bonos (strips o cupones cero que no se dejan cupones explícitos en el camino mejor) públicos y privados, acciones, ¿por qué no?, y fondos que completen la mísera pensión pública que nos espera.
Y eso sí, busquen un asesor que les acompañe durante todo este viaje, y que por supuesto no les dé más regalo que un buen servicio y buena rentabilidad.
* http://www.finestportfolioideas.com/por-que-invertimos-en-renta-fija-porque-nos-gusta/
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