Las empresas son seres vivos y como tales crecen y “maduran”. Tienen la ventaja de que, si quieren, pueden no “envejecer”, porque son capaces de emprender un camino de permanente renovación. La empresa joven es impulsiva lo que le puede llevar al éxito o al fracaso; su tensión vital reside en el carácter del emprendedor,
Gobernar o dirigir una empresa se ha convertido en el ejercicio práctico de la gestión de muchos y diversos riesgos. Conducir una empresa no es sólo la realización del concreto negocio, sea fabricar, sea prestar servicios o sea vender bienes, sino tener en cuenta los diversos riesgos a los que se expone la empresa, por