Nuestra clase política carece de inteligencia. Parece que esa virtud se ha vuelto ajena a la de todo aquél que quiere medrar en la cosa pública. Está claro que la “aristocracia” en su concepto griego (Gobierno de los mejores) acaba en el mal camino. Y no es que seamos partidarios de la “sofocracia” o de la “nooscracia”, gobierno de los sabios… pero de ahí a lo que tenemos… Hay algún matiz.
Al fin los partidos políticos se ponen de acuerdo en algo. Todos, PP, PSOE, Cuidadanos, Podemos y la madre que los parió han puesto en sus programas que van a adoptar medidas contra “las SICAV”. No, no se trata de una alimaña que se está comiendo nuestros ganados… Es algo peor… una creación jurídica que los gobiernos sostenidos por ellos mismos copiaron de otros países y que sirve para… para pecar. Nada más y nada menos que para gestionar la codicia normal del ser humano y orientarla al bien común.
Soy políticamente incorrecto, lo sé.
Pero ¿a qué inocente incauto le vamos a encargar el sostenimiento de las “cosas públicas” que se crea que aquél que consigue hacer fortuna no procura conservarla?. Vamos… hasta los famosetes mas izquierdunos han sido sorprendidos en Panamá.
Prefiero gobiernos y partidos que entiendan del bien común. Y que sean contundentes con el fraude fiscal, al tiempo que sepan crear vehículos para que el capital honradamente creado venga a España a invertir.
¿Son las SICAV el ogro del bien común? No, mucho mas ogro son las corruptelas de los gobiernos y los fraudes corroídos de repúblicas bananeras de las novísimas oposiciones.
Ojalá en España proliferaran las SICAV. Ojalá las SICAV de Europa entera encontraran medios para invertir en empresas españolas prometedoras. Ojalá supiéramos dar el beneficio fiscal justo para evitar el fraude fiscal y conseguir la creación de riqueza desde la riqueza. Ojalá los que gobiernan no fuesen unos… “maricomplejines”… mira que me gusta este palabro.
He vuelto a ser políticamente incorrecto, he dicho nada menos que “ojalá”, esto es “oj-alá”, o lo que es lo mismo… “quiera Dios”. Me bastaría con que quisieran ellos…
Rafael Carrau Criado