Se ha anunciado un proceso de desescalada en España, que irá orientándose en sus fases y en sus zonas en función de la efectiva evolución de la pandemia. Y la evolución de la pandemia la marcarán diversos indicadores, entre ellos los test PCR y los test de anticuerpos, además de los índices de hospitalización y contagio que se vayan detectando.
La importancia de la rapidez de la desescalada en términos económicos se mide en puestos de trabajo, cuanto más se tarde, más puestos de trabajo llegarán al punto de inflexión en el que no se puedan reactivar. Y la importancia del riesgo de esa rapidez se mide en salud y vidas humanas. No es una cuestión fácil.
Pensamos que se debería intentar mejorar con los recursos de los que disponemos la posibilidad de que las decisiones a adoptar sean más eficaces. Y los recursos son los Test, que inexplicablemente no se están haciendo al ritmo que la industria sanitaria española podría permitir hacerlos. Esto me consta, por haber podido escuchar a relevantes empresarios del sector biotecnológico.
Entendamos que los test PCR sirven para saber si el individuo testado tiene RNA del virus. Es decir, si está infectado y con potencial de infectar a terceros. Mientras que los test rápidos (o test de anticuerpos) sirven para determinar si una persona tiene en su organismo anticuerpos para defenderse del virus. Una persona que tenga anticuerpos puede aun ser potencialmente peligrosa para los demás, si aun tiene RNA del virus, aunque, si se cura, llegará a desaparecer.
En las personas que se curan y, en consecuencia, se inmunizan, se estima que el máximo de tiempo que pasa desde que se infectan hasta que eliminan el virus y se inmunizan es de entre 25 y 35 días.
De las personas que contraen la enfermedad se estima que un 30% apenas llegan a tener síntomas muy leves y luego quedan inmunes, un 55% síntomas leves y moderados, sanando y quedando inmunes, y un 15% síntomas graves con hospitalización y con riesgo de muerte.
No se sabe a ciencia cierta que porcentaje de la población puede haber sido afectada por el virus.
En esas circunstancias lo lógico sería levantar las limitaciones que los decretos establecen para la realización de pruebas. Las empresas que puedan pagarse la realización de pruebas para sus empleados, deberían tener libertad absoluta para hacerlo. En la medida que se vayan detectando personas con puesto de trabajo que den negativo en el PCR y den positivo en anticuerpos (número de personas que necesariamente va a ser creciente) tendremos más personas que pueden ir a trabajar sin ningún tipo de riesgo conocido. Esto es, podremos acelerar la vuelta a la normalidad productiva, fundamental para el bienestar de la sociedad.
Por ello desde nuestra empresa pedimos más test para las empresas, libertad a las empresas para contratar test, y que puedan así activar la economía lo más rápidamente posible.
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